"Transpirar es como llorar por la piel" (2015)
Vidrio, sangre, film plástico, acrílico, pirita, copa de vidrio.
25 x 45 x 45 cm
Crédito fotográfico: Claudia Camplone


“Transpirar es como llorar por la piel” aprovecha el calor interno, que acumula naturalmente el vidrio, para evaporar el agua contenida en la sangre. Las gotas transparentes se condensan y caen lentamente dentro de la copa. Como si se tratara de un proceso alquímico, la sangre se transforma en agua. El proceso devela cómo ambas materias encierran connotaciones apartemente antagónicas pero conviven en la misma materia. (orgánico-inórgánico, muerte-vitalidad, turbio-cristalino).



"Piel quemada"
(2017)
Sangre, vidrio, cerámico, velas, bandeja de chapa, máscara de metal.
70 x 35 x 30 cm
Crédito fotográfico: Guadalupe Creche



“Piel quemada” es una escultura performática. Las velas calientan la sangre, evaporan el agua y dan inicio al proceso que desemboca en lágrimas. La obra, al quemar materia animal, asimila momentáneamente una acción vital: su propio llanto.